Los jesuitas mexicanos y los derechos humanos



Presentación

Contenido

Participantes


Los jesuitas mexicanos y los derechos humanos

Edgar Cortez Moralez, s.j.



Este es como el gran contexto eclesial en el que participan los jesuitas en la defensa de los Derechos Humanos, pero antes de entrar todavía a responder esto en directo, cabe enunciar cuáles son algunos de los rasgos sociales que favorecen la participación de la sociedad en esta defensa: venimos de un período en el que la sociedad mexicana había vivido la represión del '68 en la masacre de los estudiantes en Tlatelolco, la del 10 de julio en el '71, viene la guerra sucia todo el '70 y a mitades de los '80 y en ese contexto de la guerra sucia empiezan los primeros signos de la constitución, de lo que llamamos el movimiento de los Derechos Humanos, en el '78 se constituye en México el comité Eureco, el comité de madres y desaparecidos, encabezado por Doña Rosario Ibarra, que hace unos días acaba de celebrar los 25 años de su fundación , son todas ellas básicamente, madres o familiares de desaparecidos, que reivindican o hacen un trabajo de documentar y de investigar qué es lo que ha pasado con sus hijos, con sus esposos, y con sus familiares que fueron en un momento desaparecidos, por el ejército, por fuerzas policíacas de la época, pero es hasta este momento (finales de los '70 y mediados de los '80) prácticamente la única experiencia organizada de defensa de Derechos Humanos.

Dicho movimiento no se reconoció, ni hasta ahora como una organización civil de Derechos Humanos, sino como un grupo de madres y familiares de desaparecidos, lo cual considero de manera clara que sí es un trabajo de defensa de Derechos Humanos.

Hacia los primeros años en la década de los '80 existían en México dos o tres grupos que se dedicaban al tema de los Derechos Humanos, uno, es la Academia Mexicana de Derechos Humanos, que se funda por ahí del '83 y que hace trabajo fundamentalmente de investigación sobre este tema, pero no defensa de casos particulares.

Más adelante en el '85, se funda el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria fundado por los dominicos en la Ciudad de México, y son como los primeros grupos que se empiezan a constituir después de estas etapas de represión.

En México existen dos o tres movimientos importantes durante la década de los 80 y 90, en donde se realizan renovados y múltiples esfuerzos por lograr el ejercicio de los derechos civiles y políticos.

En ese momento el reconocimiento de los derechos políticos, se refiere a que se puedan realizar procesos electorales sin la presencia del gobierno, que exista un órgano bajo la vigilancia del control ciudadano, de organización de los procesos electorales, que existan posibilidades de ejercicio del voto libre y secreto y que se respete la voluntad de los ciudadanos; antes de la existencia del IFE era la Secretaría de Gobernación la que organizaba los procesos electorales. Mucho de esto se da en torno a la constitución de los partidos políticos, después al consenso de observación electoral del que muy probablemente varios de ustedes participaron en su momento.

Más adelante, al avanzar en el proceso de construcción de los partidos políticos, continúa la inquietud de los ciudadanos de buscar qué otros espacios, además de los partidos políticos, se pueden construir para lograr la participación ciudadana. Se dan cuenta que los partidos políticos no agotan todas las posibilidades de participación y en esa búsqueda se empiezan a construir organismos que hoy llamamos los organismos civiles, en Derechos Humanos, pero no únicamente, esto es que trabajan con mujeres, con niños, con municipios, etc., esto es como una búsqueda de los organismos civiles, de construir distintas alternativas de participación política que no quedaran agotadas en una única medida como sería la de los partidos políticos.

En este contexto eclesial y de carácter social, es en donde también se da el proceso de la participación de los jesuitas en el tema de los Derechos Humanos, ¿por qué entramos los jesuitas a la defensa de los Derechos Humanos?, en realidad entramos porque al participar en el trabajo social en el mundo rural, el indígena, el de los trabajadores y el suburbano, se experimenta, junto con la gente con la que trabajamos, un incremento de la violencia y de la represión en contra de los esfuerzos de organización de las mismas personas, y esa experiencia directa y compartida es la que nos empieza a mover y a cuestionar.


Siguiente parte

Página Anterior

Skills

Posted on

February 16, 2015